Diferencia entre inteligencia emocional y racional
¿Razón o corazón? ¿Cuántas veces te has encontrado con este dilema? La vida nos pone a prueba en incontables ocasiones. Momentos donde nos toca sentarnos a escuchar nuestras emociones y pensamientos, valorar cuál es su peso real en nuestra vida y encontrar el equilibrio entre ellos.
Estás muy equivocado si piensas que el coeficiente intelectual es más importante y decisivo —por ejemplo, a la hora de ser contratado por una empresa— que el cociente emocional. Queda claro que el primero nos va a dar conocimientos y experiencias vitales para desempeñar cualquier actividad, pero no nos aporta las competencias emocionales básicas que todo ser humano necesita para tener una vida personal, profesional y familiar plena.
Eso solo puede dártelo un buen entrenamiento de la inteligencia emocional.
Conociendo la diferencia entre inteligencia emocional y racional
Está claro que no son lo mismo. Mientras la inteligencia emocional es la responsable de tomar las decisiones y analizar cada momento desde las emociones, dejándose llevar y guiándose por los sentimientos, la inteligencia racional pone el foco en la razón. Una siente, la otra piensa. La pregunta es, ¿cuál tiene más peso en nuestras decisiones? ¿Existe el equilibrio perfecto entre ambas? ¿Cómo influyen en el éxito?
¡Te lo contamos!
El peso de la inteligencia emocional y racional en el éxito de la vida
Corren tiempos difíciles. En un escenario de crisis y pandemia, las emociones rebrotan y en muchos casos están a flor de piel. Aprender a identificarlas y conocer su influencia real sobre las decisiones y la vida en general, nos ayudará a conocernos mejor.
Durante muchos años se ha pensado que el éxito dependía únicamente de nuestro coeficiente intelectual, pero se ha demostrado que constituye solo una pequeña parte. El resto la forma la inteligencia emocional. Es decir, nuestra capacidad para reconocer y gestionar nuestras emociones, así como las de los demás.
Ahora que tienes clara la diferencia entre inteligencia emocional y racional, ¿por qué personas muy inteligentes y con buenos resultados en los estudios no consiguen el éxito profesional y personal que esperan? La respuesta está en la inteligencia emocional, de quien depende el 80% del éxito.
Inteligencia intrapersonal e inteligencia interpersonal
Ni siquiera podemos hablar únicamente de inteligencia emocional y racional. Si hurgamos un poco más en el lado de las emociones, encontraremos dos nuevos abanicos: el de la inteligencia intrapersonal —o capacidad de reconocer los estados emocionales propios y de poderlos modificar de manera positiva— y el de la inteligencia interpersonal, —o capacidad de entender qué pasa con la otra persona y relacionarte con ella.
Son las dos claves principales del éxito en la vida. ¿Por qué? Imagínate a alguien que no sabe manejar sus estados de ánimo, que un día se levanta triste y no puede modificarlo, o que tiene un ataque de ira y no sabe canalizarla de manera positiva, o incluso tiene miedo y no sabe cómo superarlo. ¿Crees que le resultará fácil progresar en la vida? La respuesta es no.
Y lo mismo sucede cuando somos incapaces de ponernos en la piel de los demás, comprenderlos o resolver conflictos.
Vista la relación entre el éxito de la vida, en se sentido más amplio, y el coeficiente intelectual, se ve que a un porcentaje muy elevado de personas exitosas en la vida no siempre se les atribuye a su test de coeficiente intelectual. Esto significa que hay algo más allá del intelecto.
Se llama inteligencia emocional.
Cómo influye la autoestima en el éxito profesional
La autoestima es una parte de nuestro mundo mental que debemos entrenar a diario. A menudo, las personas desconocemos los factores que la debilitan y que nos hacen estar en la cuerda floja, o que, por el contrario, la fortalecen.
Cuando somos capaces de reconocer que no existe la personalidad perfecta y que cada uno tiene una manera diferente de procesar las cosas, su autoestima no es dañada. Es clave, porque nuestra capacidad o incapacidad de hacer frente a los desafíos, la mayoría de las veces, no tiene nada que ver con el mundo real, sino con el mental.
Estamos de suerte, porque la inteligencia emocional no es algo estático, sino que puede desarrollarse a lo largo de nuestra vida. Puede que vivamos muchísimos momentos de inestabilidad, donde todo tiembla y nada tiene sentido. Donde el miedo al error se apodera de nosotros. Pero siempre tendremos la opción de trabajar nuestras emociones y prestar atención al diálogo interno para salir a flote.
Sin embargo, ese coloquio con uno mismo no siempre es positivo, amable y afectivo, sino que tendemos a alimentar nuestras debilidades y defectos, dando poder al desgaste progresivo que no solo afecta al éxito, sino, peor aún, a nuestra salud mental.
¿Tienes clara la diferencia entre inteligencia emocional y racional?
Ilusiónate por la vida. Por ti mismo. Por lo que estás viviendo y por lo que vivirás. Por todo lo que llevas dentro. Sácate todo el partido entrenando tu inteligencia emocional.
Esa es la clave.